Estamos en Adviento, tiempo de búsquedas y sueños. De espera. Esperar a Dios empieza por comprender que él tiene algo que decirnos. Ya llega, con el mismo regalo de siempre. Nuevo y al mismo tiempo, eterno. Llega para decir que lo pequeño a los ojos de este mundo es inmenso para él. Llega para abrazar lo despreciado. Llega para habitar los pesebres de nuestras vidas y nuestro mundo.
(Cristóbal Jiménez Ariza, sacerdote jesuita)
Feliz día del Señor. Celina









