Dice Dios: «Mi fuerza reside siempre en la debilidad, porque mi fuerza es de conversión.
Confiadme el mal, yo despertaré el perdón.
Confiadme la injusticia, yo iré a buscar la misericordia.
Confiadme el miedo, yo lo pararé con la amistad y la esperanza.
Confiadme un mundo en ruina, yo lo haré renacer de sus cenizas.
Confiadme una carencia, yo la convertiré en plenitud.
Confiadme un basurero, yo haré que en él crezca una rosa.
Confiadme vuestra vida frágil, yo os daré la felicidad completa».
(François Garagnon)
Feliz día del Señor. Celina









