La misericordia de Dios no es una idea abstracta, sino una realidad concreta con la cual Él revela su amor, que es como el de un padre o una madre que se conmueve en lo más profundo de sus entrañas por el propio hijo. Proviene desde lo más íntimo como un sentimiento profundo, natural, hecho de ternura y compasión, de indulgencia y de perdón.
(Papa Francisco)
Feliz día del Señor. Celina









